Se presentó como un redentor, un díscipulo de Jovellanos, asturianista, quiso dar la imagen de político popular, de algo nuevo y diferente, y esa pantomima duró los 7 meses que tardó en convocar elecciones en el Principado.
Álvarez-Cascos, ese “redentor” de conocido pasado, fue incapaz incluso de pactar con sus hermanos siameses del PP y viceversa, poniéndonos ante los ojos lo que la derecha aporta y ha aportado a Asturias, es decir conjunto vacío, la nada absoluta. Ese hombre que se presentaba como novedad y que iba a trabajar a tres turnos, se ha dedicado estos últimos meses a destruir y desmantelar más que a construir, que es lo que se le debe suponer a un buen gobernante, a él le deben la ruina muchas empresas, y el paro muchos Asturianos.
Su manifiesta ignorancia como gobernante le ha llevado a batir varios récord, el primero el de velocidad en dimisiones con un director que renuncia antes de tomar posesión de su cargo, el segundo y más importante es el récord de multiplicación de deuda (por tres en siete meses) con el agravante de tener prácticamente paralizadas la administración e inversiones públicas, mientras tanto tirándose los trastos con sus clones del PP, e intentando pactos heterogéneos sin ser el Partido más votado en Ayuntamientos, algunos con éxito como en Siero, Gijón, y en el caso de Carreño con un estrepitoso fracaso.
Su manifiesta ignorancia como gobernante le ha llevado a batir varios récord, el primero el de velocidad en dimisiones con un director que renuncia antes de tomar posesión de su cargo, el segundo y más importante es el récord de multiplicación de deuda (por tres en siete meses) con el agravante de tener prácticamente paralizadas la administración e inversiones públicas, mientras tanto tirándose los trastos con sus clones del PP, e intentando pactos heterogéneos sin ser el Partido más votado en Ayuntamientos, algunos con éxito como en Siero, Gijón, y en el caso de Carreño con un estrepitoso fracaso.
También ha batido el récord de prepotencia, entendiendo como prepotencia la actitud del Gobierno actuando como si dispusiese de mayoría absoluta en el Principado, con una minoría mayoritaria tan exigua que ni siquiera fue el partido más votado en Asturias, desoyendo los dictámenes de las urnas que, sin duda, pedían esfuerzos de consenso al Gobierno
Han sido ya 9 meses de pesadilla, por eso creemos que Asturias tiene una oportunidad de despertar de este mal sueño, por ello le pedimos la confianza mayoritaria a los asturianos. Javier Fernández y el PSOE aportarán la seriedad, la seguridad, las garantías y las soluciones que merece nuestra región.