Una de las virtudes de la
Unión Europea -y no la más pequeña- fue la de conseguir el periodo de paz más
largo y fructífero de nuestra historia. Lo que ocurre en Ucrania podía ser un
ejemplo perfecto de lo que se ha superado y queremos evitar a toda costa.
Paz y prosperidad eran las
credenciales de esa Europa en la que nos integramos hace menos de tres décadas.
Como miembros de pleno derecho Europa debe de importarnos, y mucho.
Ahora
tenemos en nuestras manos la fuerza incontestable del VOTO. No podemos
renunciar a recuperar esa Europa vital, solidaria, comprometida con el empleo y
el bienestar de las personas.
La transformación de Carreño
también lleva el sello europeo: centros de iniciativa rural y aldeas digitales,
programas y talleres de empleo, fondos para desarrollo rural, la
dinamización turística, desarrollo de suelo industrial, y mejoras en
infraestructuras (puerto, carreteras,),etc,
Si te reconoces en este
camino de cambio y prosperidad, el próximo domingo VOTA. VOTA SOCIALISTA.